Apología a la navidad...

El nacimiento de la cultura está totalmente ligado al aumento del tamaño del cerebro del ser humano, que permite que el desarrollo del pensamiento abstracto le ayude no sólo a recordar para sí, si no que además, por medio de símbolos relacionados con su entorno, pueda pasar ese conocimiento a las siguientes generaciones de seres humanos.
Reunirse con otros seres humanos es, por tanto, además de necesario para la supervivencia biológica, imperativo para la supervivencia cultural. No basta con mensajes en libros y tarjetas de regalo, hay sentimientos que no se pueden representar mediante papel de manera tan vívida como a través de las personas que queremos; al menos no es tan sencillo. Nuestro razonamiento abstracto nos permite recordar a un ser querido hasta después de su partida al ciclo biológico.
Las efemérides son una simple excusa, ya sea por celebración bélica, por un descubrimiento importante, una ideología, o una simple superstición masiva, para que los homínidos nos reunamos por un corto instante para revivir memorias o crear nuevas historias, a fin de crear nuevo conocimiento, simple entretenimiento, o cualquier otra cosa que salga de por medio.
En resumen, poco importa si ustedes son cristianos, ateos, asatrus, panteístas, un poco de esto o de aquello. Lo importante, es que sin importar la distancia genética, somos una familia, y esta fecha, más allá de su simbolismo social, religioso o económico, es otra perfecta excusa para estar empelotados. Felices fiestas.